Crítica de la película «The Outpost: la batalla de Kamdesh» (2019)

The Outpost: la batalla de Kamdesh
The Outpost es una película que yo, desgraciadamente, no pude ver cuando tuvo su estreno en VOD durante el apogeo de la pandemia del COVID-19, pero ahora la recupero de mi listado para cumplir con la misión pendiente. De entrada, es una película en la que Rod Lurie despliega un arsenal visual para capturar en movimiento el panorama bélico de unos soldados atrapados en un refugio en medio de la lluvia de balas, pero cuyo relato de héroes en el llamado del deber a veces carece de pulso cuando pasa a un terreno redundante, del que no obtengo otra cosa que una indiferencia notable que se amplía con mayor grado en la segunda mitad. El argumento, basado en hechos reales, se sitúa a partir del año 2006 en un puesto de avanzada del ejército estadounidense que es establecido en el norte de Afganistán, localizado en un valle remoto rodeado por montañas que apertura la posibilidad de los ataques frontales de los talibanes, y donde las tropas estacionadas permanecen todos los días en estado de vigilancia permanente. El protagonista es Cliff Romesha, un sargento astuto que por órdenes superiores llega a la base junto a un pelotón de soldados, pero que de inmediato se da cuenta, al igual que los otros, que la situación es peligrosa porque la base es ubica en una posición vulnerable al fuego del enemigo que dispara desde cualquier dirección de la colina. En una primera mitad se muestra las rutinas de los soldados y los vínculos que forman entre todos los que están bajo el mando del capitán Benjamin D. Keating, así como las negociaciones con los aldeanos para mantener la paz y la exploración que determina la urgencia de reforzar las defensas frente a los disparos constantes de los talibanes que se esconden desde el monte. En la segunda, se presenta la ruptura en la cadena de mando de los distintos comandantes que pasan por la base y los conflictos de los soldados cuando se enfrentan a un ataque a gran escala de cientos de insurgentes afganos, en una balacera infernal que los coloca en el trayecto de una muerte casi segura. El problema es que, en varias escenas, el conjunto narrativo se debilita cuando Lurie opta por abandonar el desarrollo de los personajes para dejarlos situados en la periferia de las descripciones impuestas por el guion y los factores convencionales del género. De esa manera para mí no es muy difícil anticipar desde afuera las explosiones, los tiroteos, las disputas internas, la necesidad de supervivencia, la misión de rescate, los enfrentamientos brutales entre los soldados y los terroristas. Sospecho que no hay mucha sustancia en el comentario sobre el heroísmo y los actos de valor de los soldados elegidos. Solo alcanzo a resaltar, eso sí, la forma en que Lurie captura, con un realismo visceral, los efectos colaterales de la guerra y la enorme presión ejercida sobre los soldados en la batalla de Kamdesh, donde ocasionalmente dota la puesta en escena de panorámicas y atmosferas desérticas por las que suelen caminar soldados que son encuadrados con una cámara en mano que registra largos plano secuencias, además de que emplea con cierto patetismo la música empática. El ritmo me parece pesado. Y el resultado de su trabajo hubiese sido otro con una mejor construcción de la psicología de los personajes. Es, como mucho, una cinta bélica algo regular.

Ficha técnica
Título original: The Outpost
Año: 2019
Duración: 2 hr. 03 min.
País: Estados Unidos
Director: Rod Lurie
Guion: Eric Johnson, Paul Tamasy
Música: Larry Groupé
Fotografía: Lorenzo Senatore
Reparto: Scott Eastwood, Caleb Landry Jones, Orlando Bloom, Milo Gibson, Taylor John Smith
Calificación: 6/10

Crítica breve de la película The Outpost, dirigida por Rod Lurie y protagonizada por Scott Eastwood y Caleb Landry Jones.

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