Crítica de la película «Irreversible» (2002)

Irreversible

En Irreversible, Gaspar Noé subvierte la ruptura de su poética del tiempo, mostrada con anterioridad en su ópera prima Solo contra todos, para esquematizar un estudio filosófico sobre la violencia y la dialéctica de la moralidad que opera como simulacro dentro de los marcos limítrofes de las sociedades. Al margen de la polémica que causó en el momento de su estreno, lo que observo durante más de una hora y media me lleva a razonar lo suficiente como para deducir que Noé, apoyado de una estética rupturista, evoca con gratuidad las imágenes explícitas para puntualizar el texto sobre la irreversibilidad del tiempo y los efectos de las acciones morales, pero cuya narrativa a menudo frecuenta lugares que, poco a poco, pierden el pulso en su modelo de transgresión urbana, donde los personajes que interpretan Vincent Cassel y Monica Bellucci no son más que figuras artificiosas al servicio de las obviedades. Su argumento, contado en orden cronológico inverso, narra la búsqueda de venganza de dos hombres, Marcus y Pierre, quienes transitan las calles nocturnas de la ciudad para vengar a Alex, la novia del primero y exnovia del segundo que ha sido violada brutalmente por un soez violento. En términos estructurales, la narrativa de Noé emplea el montaje invertido de una forma inusual que, en su registro de circularidad, ensambla un híbrido entre el thriller de venganza y el drama doméstico sobre infidelidad, donde el resultado de su ecuación invierte las acciones de los personajes al mostrar primero los efectos de las causas en cada una de las escenas. De esta manera, la continuidad de las escenas comienza a retroceder desde el clímax hasta el inicio, rompiendo con los esquemas básicos aristotélicos de causa y efecto. Esta estructura de retrocausalidad, que vista desde la superficie parece como si fueran dos películas diametralmente opuestas que se encadenan por un núcleo, me resulta atrapante, al menos desde el principio, porque presenta el descenso al abismo de dos hombres que son secuestrados por la irracionalidad y la brutalidad mientras buscan al responsable en clubes nocturnos de homosexuales sadomasoquistas, se roban el taxi de un chino y discuten con prostitutas del bajo mundo antes del intermedio estacionario en el que la mujer de uno de ellos es violada por un gánster virulento en un túnel subterráneo pintado de rojo. A partir de la cruda escena de la violación, que se muestra de manera apresurada y con cierto sesgo de explotación misógina en un plano fijo de nueve minutos, la narración abandona su horizonte de tensión en unas escenas pueriles rellenas de diálogos innecesarios y revela, dicho sea de paso, que los personajes no son más que instrumentos triviales utilizados por Noé para construir un discurso sobre la irreversibilidad del tiempo entendido como la imposibilidad de deshacer las acciones morales que son el producto de emociones humanas que no responden a ninguna lógica en particular, en una sociedad donde el acto sexual, en su cruel ironía determinista del placer, es el principal catalizador de las cosas buenas y de las cosas malas que impulsan a los individuos a navegar entre el amor, la felicidad, la crueldad, el abuso, etcétera. En pocas palabras, habla sobre cómo el tiempo destruye las acciones más inmorales. Lejos de esta lectura, casi todos los personajes que veo carecen de desarrollo y solo sirven para rellenar las descripciones gratuitas del guion en situaciones abruptas. Solo me parece notable la actuación de Cassel como el sujeto impulsivo, mujeriego y sexualmente desinhibido que está poseído por la ira para vengar a su novia agredida. Noé suele encuadrar el asunto en una puesta en escena que captura los estados de ánimo de los personajes a través de herramientas estéticas como el desencuadre, el fundido encadenado, el picado-contrapicado, la elipsis, el sonido diegético, la psicología del color, el uso proxémico del espacio con mutaciones genéricas y, sobre todo, el empleo constante del encuadre móvil que dinamiza el frenesí de lo que sucede con el plano secuencia de una cámara en perpetuo movimiento. La integración de estos componentes demuestra la pericia estética de Noé, pero también subraya las debilidades narrativas que gobiernan su cine. Me parece otra cinta regular de su catálogo.

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Ficha técnica
Título original: Irréversible
Año: 2002
Duración: 1 hr. 37 min.
País: Francia
Director: Gaspar Noé
Guion: Gaspar Noé
Música:  Thomas Bangalter
Fotografía: Benoît Debie
Reparto: Monica Bellucci, Vincent Cassel, Albert Dupontel, Philippe Nahon, Jo Prestia
Calificación: 6/10


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