Crítica de la película «El club de los vándalos» (2023)

El club de los vándalos

En El club de los vándalos, Jeff Nichols recupera su poética de la familia para capturar, sospecho, el espíritu rebelde de la subcultura motociclista de los años 60, inspirándose en el libro de Danny Lyon. Sus escenas me invitan a meterme de lleno en el mundo de los moteros que tanto me atrae, pero, por desgracia, no consigo ninguna recompensa emocional. La película de Nichols cuenta con un tratamiento visual sobrio y una actuación mesurada de Austin Butler, pero tengo la sensación de que apenas rasca la superficie de sus personajes en su relato sobre la era de oro de los moteros salvajes, transitando a veces por un terreno llano en el que simplemente se ausenta el gancho y se acaba la gasolina. Su argumento, que arranca desde el año 1965, sigue los relatos de Kathy Bauer, una mujer que le narra al fotógrafo Danny Lyon los orígenes del Club de Motociclistas Vandals de Chicago y el modo de vida de algunos de los integrantes, entre los que se encuentran su novio Benny Cross y el líder fundador llamado Johnny Davis. En términos generales, la narrativa me atrapa al principio porque el guión de Nichols, entre otras cosas, se estructura a través de escenas retrospectivas que relatan los sucesos a lo largo de los años, adoptando también las fórmulas del drama gangsteril y el cine de carretera. El problema que encuentro, no obstante, es que la narración frecuenta lugares comunes y, por lo regular, no permite que los personajes se desarrollen plenamente más allá de las descripciones banales del guión que solo sirven como excusa para rellenar situaciones predecibles de violencia gratuita y diálogos redundantes que no aportan profundidad, manteniendo el conflicto suspendido en una rutina que no tiene una dirección clara saltando entre tantos momentos. De esta manera, permanezco bajo cierto estado de abulia al ver la rebeldía de Benny para enfrentar a los outsiders que amenazan a su banda antes de quedarse con la chica; el liderazgo de Johnny como el jefe temido y respetado por todos que decide los planes del club para expandirse; la concentración de motociclistas que disfrutan un hermoso día de picnic entre cervezas y peleas a puñetazos; las pugnas internas en las que Johnny impone su autoridad sobre nuevos miembros violentos mientras trata de convencer a Benny para que sea el sucesor. Hay, desde luego, un par de escenas interesantes, como en la que Johnny ordena incendiar un bar como retaliación por los hombres que dejan a Benny malherido. Pero Nichols, en general, relata esta crónica con la finalidad de ofrecer una reconstrucción precisa del fin de la época dorada de la contracultura de los moteros rebeldes en las décadas de 1960 y 1970, pero entendida como la desintegración sociocultural de unos motociclistas al margen de la sociedad que rompen las reglas establecidas y viajan en sus Harley-Davidson por todo el suelo estadounidense tratando de hallar la libertad del sueño americano, poco antes de enfrentar la inevitable decadencia cultural inducida por las debilidades institucionales y los cambios políticos de la guerra de Vietnam que amenazan con derrumbar sus propios códigos de ética. Fuera de esta síntesis discursiva, me parece creíble la actuación Butler cuando ejerce su mirada y los gestos para comunicar la rebeldía soterrada de un marginado impulsivo que busca su propio camino. Hardy, por su parte, entrega una interpretación decente, aunque queda encasillado en un papel que nunca trasciende el cliché del jefe endurecido. Con ellos Nichols, reconstruye la época dorada de los moteros al adoptar su enfoque tranquilo y naturalista para sintetizar las secuencias en motocicleta con una energía cruda, a menudo ambientando las escenas en paisajes rurales estadounidenses captados por la evocadora fotografía de Adam Stone. Estas virtudes logran que la película se vea atmosférica por la parte visual, pero, en última instancia, no impiden que se convierta en un ejercicio vacío, atrapado entre la nostalgia banal y la narrativa sin rumbo sobre rebeldía en la autopista.



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Ficha técnica
Título original: The Bikeriders
Año: 2023
Duración: 1 hr. 56 min.
País: Estados Unidos
Director: Jeff Nichols
Guion: Jeff Nichols
Música: David Wingo
Fotografía: Adam Stone
Reparto: Jodie Comer, Austin Butler, Tom Hardy, Michael Shannon, Mike Faist, Boyd Holbrook, Norman Reedus, Damon Herriman
Calificación: 6/10

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