Crítica de la película «La carrera mortal» (1987)

La carrera mortal

La carrera mortal, conocida también como El sobreviviente, es una película de Paul Michael Glaser que, dentro de sus limitaciones, trata de adaptar la novela homónima escrita por Stephen King bajo el pseudónimo de Richard Bachman. La hora y cuarenta minutos que tiene como metraje me induce a pensar que la excusa para adaptarla responde a la tendencia ochentera de Hollywood para capitalizar el éxito de Arnold Schwarzenegger como estrella de acción. A pesar de contener una sátira sobre la sociedad del espectáculo y el control mediático, en la superficie es solo una distopía de acción que a menudo transita por sectores predecibles cuando Schwarzenegger participa en el show sangriento con su musculatura y one-liners risibles, bajo una capa de efectos especiales baratos que se ejecutan con flojera. La trama, ambientada en 2017 en un futuro distópico donde Estados Unidos es un Estado policial totalitario, sigue a Ben Richards, un exmilitar acusado injustamente —por desobedecer las órdenes de abrir fuego contra un grupo de manifestantes— que es obligado a participar en un programa de televisión popular conocido como "The Running Man", en el que los convictos deben huir de cazadores letales para entretener a la audiencia y ganarse la libertad sobreviviendo como "corredores". En términos generales, la narrativa se ensambla sobre las fórmulas básicas del cine de acción que, por añadidura, se ajusta a la figura Schwarzenegger como el estereotipo del héroe con metralleta en mano que mata a todos los enemigos con su creatividad y se queda con la chica que conoce durante la peligrosa misión. El problema central, no obstante, es que el guión tropieza con un simplismo que desafía la lógica con la falta de desarrollo de unos personajes que solo ocupan descripciones huecas con sus motivaciones y, entre otras cosas, solo sirven para impulsar inútilmente el conflicto del reality show mortífero, habitualmente sobre una serie de situaciones rutinarias que nunca abandona la circularidad de facilismos que se apresura a dar vueltas sobre las trampas, las explosiones y los combates mortales. En este sentido, no me queda más remedio que mirar con cierta indiferencia la hazaña de Ben cuando escapa de un campo de trabajos forzados con los colegas de la resistencia; la participación de Ben en el reality show de la muerte donde mata con toda facilidad a los gladiadores de elementos; el plan de la mujer llamada Amber Méndez para ayudar a limpiar el nombre de Ben luego de haberlo traicionado; la megalomanía del jefe del programa televisivo que utiliza su poder para manipular al público y aumentar los estancados índices de audiencia. Los diálogos están compuestos por una recopilación de one-liners cutres que Schwarzenegger suelta como si estuviera en un comercial de cerveza, incluyendo incluso el reciclaje de la famosa frase "Volveré" en un momento determinado. Las actuaciones, de igual modo, son terriblemente mediocres dentro del contexto que se describe, a pesar de que Schwarzenegger demuestra su pericia física para algunas secuencias de combate, con un carisma que se basa en músculos hinchados, cejas arqueadas y cara de piedra. María Conchita Alonso tiene cierta química con Schwarzenegger, aunque se ve reducida a un rol de adorno sexual. El punto de solvencia se encuentra presente, supongo, en ese comentario social que explora tópicos sobre la propaganda televisiva, la manipulación mediática y la corrupción burocrática que distorsiona los hechos, casi como una mirada profética a las consecuencias políticas de la posverdad. Por desgracia, este discurso no se puede tomar en serio porque funciona solo como un accesorio cosmético, de una dirección errática de Glaser que ni se toma la molestia disimular el artificio que rellena las secuencias de acción repetitivas, las coreografías de lucha torpes y un clímax bastante flojo. Lo que ofrece tiene algo de autenticidad en los escenarios distópicos del espacio televisivo y una banda sonora synth-pop aceptable de Harold Faltermeyer. Todo lo demás, en última instancia, me parece un ejercicio que pierde la carrera frente a la pirotecnia y la violencia gratuita.



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Ficha técnica
Título original: The Running Man
Año: 1987
Duración: 1 hr. 40 min.
País: Estados Unidos
Director: Paul Michael Glaser
Guion: Steven E. de Souza
Música: Harold Faltermeyer, Vassal Benford
Fotografía: Thomas Del Ruth
Reparto: Arnold Schwarzenegger, Maria Conchita Alonso, Richard Dawson, Yaphet Kotto, Jesse Ventura, Jim Brown
Calificación: 5/10

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