Crítica de la película 'El topo'

El topo

Durante la Guerra Fría, el veterano de espionaje George Smiley (Gary Oldman) se ve obligado a regresar de su semi-retiro para descubrir un agente soviético en los escalones del MI6. 


Duración: 2 hr 8 min.
País: Reino Unido
Director: Tomas Alfredson
Guion: Bridget O'Connor, Peter Straughan (Novela: John le Carré)
Reparto: Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong, Benedict Cumberbatch

Crítica de la película 



Nunca imaginé que en los turbulentos tiempos de la Guerra Fría el espionaje fuera tan vehemente como se modela en Tinker Tailor Soldier Spy. En esta vemos todos los elementos que componen la novela de John Le Carré. Y claro, la continuidad narrativa mostrada aquí es enérgica, pues no se centra en un agente secreto recorriendo lugares exóticos, sino que exhibe los agentes desde adentro, desde el alto comando de la inteligencia británica (MI6) durante la resolución de asuntos internos dentro de la organización.

Una de las razones por la que esta película se adueña de nuestros sentidos es porque, evidentemente, produce una retahíla de incógnitas que, a la larga, la convierten en un thriller cerebral que no tiene nada que envidiarle a proyectos similares de espionaje. Tomas Alfredson, el cual quizá recuerden por Let The Right One In (Låtden rätte komma in), es el encargado de dirigir magistralmente este filme laberíntico con un elenco veterano de actores británicos que va desde Gary Oldman hasta John Hurt.

En la apertura nos damos cuenta de que la paranoia se apodera del lugar, cuando Control (John Hurt), la cabeza del MI6, teniendo fuentes confiables, se entera de que hay un infiltrado (“Topo” o “Doble Agente”) Soviético en el MI6. Un topo significa que quienquiera que sea el agente, está sacando información del “Circo” (nombre código del servicio de inteligencia británico) y compartiéndola con sus aliados, en este caso la Unión Soviética. Sin embargo, después de una conversación inicial, Control envía a Jim Prideaux (Mark Strong) a reunirse con un General Húngaro que posee información relacionada con el agente filtrado.

Una vez allí, en medio de una escena de tensión silenciosa, la misión sale mal y, Control, al darse cuenta del nivel de manipulación de la información, su instinto le dice que el topo está entre sus allegados. Al suceder esto, se reúne en un cuarto sellado con sus cinco secuaces principales del MI6: Bill Haydon (Colin Firth), Roy Bland (Ciaran Hinds), Toby Esterhase (David Dencik), Percy Alleline (Toby Jones) y su mano derecha, George Smiley (Gary Oldman).

Lo interesante está en que, aparte de Smiley, cualquiera de los cuatro restantes son sospechosos de ser el topo. De ese modo, Smiley se da cuenta que cada uno tiene un nombre código que le identifica como sospechoso; Percy Alleline es "Tinker", Bill Haydon es "Tailor", Roy Bland es "Soldier" y Toby Esterhase es "Poor Man". Con esas pistas, la recolección de información en el largo plazo y una perspicaz inteligencia, Smiley se internará secretamente en el espionaje de espías para dar con el agente doble.

No hay duda de que verás una gran cantidad de personajes, pero, entre todos ellos, sobresale la actuación de Gary Oldman como George Smiley. Oldman interpreta al personaje fielmente al que se describe en la novela, pues Smiley es una persona fría, reservada y extremadamente inteligente, por eso la expresión de Oldman transmite esas características con firmeza. De hecho, raras veces se le ve revelando sus emociones.

Con esta película Alfredson logra captar la atmósfera londinense de la Guerra Fría con mucha efectividad. Tanto así que, en los momentos claves de varias escenas, consigue enganchar al espectador con una tensión inquietante.

En el aspecto técnico esta película absorbe visualmente con una buena composición fotográfica de Hoyte Van Hoytema. La mayor parte del tiempo filma las oscuras calles de Londres con el fin de enfatizar el filtro grisáceo del ambiente de las escenas. Algo que me agrada, además de la fotografía con colores fríos, es que la trama utiliza una estructura narrativa no-lineal. Se puede notar en varias escenas, cuando Smiley u otros personajes, están recordando a través de flashbacks dentro de flashbacks a los individuos que investigan para dividir los puntos de vista; y otras veces, utilizando el voice-over alguien narra para manifestar un hecho concreto.

Por eso es innegable decir que, dado su construcción narrativa, es un thriller de espionaje absorbente cuya cantidad de ansiedad se evidencia al tener una amplia ronda de personajes y un argumento inteligible que, por momentos, puede resultar confuso si no se presta atención, pero para aquellos que sí lo hagan, quedarán intrigados por la complejidad de una trama que juega al ajedrez. Para mi funcionó, y si buscas una película de espionaje que se salga de lo ordinario, tu búsqueda termina aquí.


 8/10




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