Crítica breve de 'El mayor y la menor' (1942)

El mayor y la menor
El mayor y la menor es una comedia de Billy Wilder que me hace pasar un rato bastante simpático con las peripecias románticas de Ray Milland y Ginger Rogers. Me parece divertida y consigo reírme en muchas escenas. Incluso tratándose de su primera película en solitario (dirigió años antes la francesa Mauvaise Graine como codirector), tras haber llegado a Hollywood para establecerse como guionista, percibo su ingenio temprano para los diálogos jocosos y la construcción de escenas irónicas. Su guion lo firma Wilder al lado de su colaborador habitual, Charles Brackett. Y trata la historia de Susan Applegate, una mujer de provincias que, tras observar que la tarifa de tren para los niños tiene menor precio, finge ser una niña de 12 años para comprar un pasaje infantil en la estación del tren de Nueva York y retornar a su casa en Iowa, aprovechando la oportunidad para huir de los hombres acosadores de la ciudad que solo le traen desdicha, pero, asimismo, de los que en los interiores del tren sospechan que no es una niña cuando se fuma unos cigarrillos en la parte trasera. Con un humor efervescente, Wilder edifica la farsa de esa mujer disfrazada de púbera que teme que descubran su engaño y la dejen en medio de la nada, sobre todo cuando ella establece un vínculo cercano con un mayor del ejército norteamericano al que llama tío Phillips, que la ayuda a prepararse para regresar a su morada mientras permanece establecida en la habituación de la hermana pequeña de la prometida posesiva a la que no ama, situada en una residencia en la academia militar. Y hay muchas secuencias ensambladas de forma agradable, como en la que la protagonista es obligada a relacionarse con los cadetes que la cortejan, o cuando ella engaña a casi todos como operadora telefónica para justificar su permanencia al lado del militar del que lentamente se enamora y ayuda a que pierda su inseguridad. Su puesta en escena posee ritmo e ilustra los enredos de los personajes con cierta ironía. Hay idilio, celos, libidinosidad, inocencia, alegría. Wilder celebra el éxtasi de la juventud en tiempos de guerra, pero también coloca frases con doble sentido que interrogan el amor y la sexualidad desde la óptica de la moralidad y las barreras éticas del consentimiento más conservador, a través de un reparto espléndido que demuestra una química intachable. Ante todos se destaca, primero, Rogers cuando utiliza la voz, el vestuario y la gestualidad para mimetizar con mucho carisma las inquietudes de una niña intrépida e inocentona de 12 años. Ella tiene una simbiosis maravillosa junto a Milland, quien entrega momentos de pura diversión cuando se pone el uniforme de ese soldado ingenuo y de buenos modales que también es un experto en el arte de fingir. Ellos forman una pareja que desprende la gracia como el polvo de estrellas, y dibujan sobre mi rostro una sonrisa cuando menos lo espero.

Ficha técnica
Título original: The Major and the Minor
Año: 1942
Duración: 1 hr 40 min
País: Estados Unidos
Director: Billy Wilder
Guion: Charles Brackett, Billy Wilder
Música: Robert Emmett Dolan
Fotografía: Leo Tover
Reparto: Ginger Rogers, Ray Milland, Rita Johnson, Robert Benchley
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película 'El mayor y la menor', dirigida por Billy Wilder y protagonizada por Ginger Rogers y Ray Milland.


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