Crítica de la película «Julio César» (1953)

Julio César
Julio César es una película en la que el director, Joseph L. Mankiewicz, refleja a plenitud la tendencia de adaptaciones shakespearianas de la época y, además, mapea el modelo establecido por otras obras del género como Quo Vadis (LeRoy, 1951), producto de un intento de la MGM para capitalizar el éxito del péplum que hasta ese momento estaba en ascenso en el cine espada y sandalia de Hollywood. Después de verla durante más o menos dos horas llego a razonar los suficiente como para darme cuenta de que obtengo de sus imágenes el mismo resultado emocional. Su tono sobrio a menudo se despoja del espectáculo para ofrecer un drama histórico a puerta cerrada sobre la traición, la venganza y el poder político, que encuentra su punto más sólido en las actuaciones del reparto y en unos diálogos shakespearianos muy memorables. Su argumento se desarrolla en el año 44 a.C. y narra una conspiración política organizada por senadores romanos en contra del militar Julio César, al que ven como un tirano corrompido cuando regresa a Roma tras derrotar a Pompeyo. En la primera mitad describe el complot para matar a César arreglado por Bruto y Casio, dos romanos que junto a otros senadores justifican el asesinato en nombre de las causas republicanas, poco antes de la idus de marzo en la que ocurre el magnicidio. En la segunda, muestra el discurso de Marco Antonio sobre el cadáver de Cesar, dirigido a una multitud a la que logra poner en contra los asesinos del dictador; además de las estrategias militares que culminan en la sangrienta batalla de Filipos. En general las dos mitades me resultan emotivas por la ecuación de intimismo que Mankiewicz coloca sobre cada escena y estructura los conflictos internos de los personajes a partir de las conversaciones que sostienen para ilustrar sus motivaciones inmediatas. A diferencia de otras películas de espada y sandalia, la acción aquí se fundamenta en los soliloquios shakespearianos que mantienen la integridad del texto original al combinar la retórica elocuente con la emoción cruda y, ante todo, alcanzan su mayor solidez en las escenas de la muerte de César, el discurso apologético que pronuncia Marco Antonio en defensa de César y la caída de los tiranicidas en manos de los militares leales al popular líder romano. Hay profundidad dramática en los dilemas morales de los personajes, pero también un comentario que codifica como tragedia tópicos sobre la lealtad, la ética del deber y la ambición política de los líderes que defienden ideales frente a las traiciones. Una de las mayores virtudes radica en el elenco estelar encabezado por Marlon Brando y James Mason. A pesar de que sale por muy poco tiempo, Brando se roba las escenas con una actuación formidable en la que solo utiliza los gestos y un puñado de diálogos para exteriorizar con su voz la rabia, el dolor y el ingenio de un militar leal que planifica su venganza, tocando las nubes en la escena de la oración fúnebre que despierta el fervor de las masas. En el lado opuesto, Mason también consigue una actuación notable que se destaca por la expresión calculada y la dicción de su voz con la que lanza los monólogos para convertirse en un villano de alma noble. Se dice que hubo una cierta rivalidad entre Brando y Mason, iniciada cuando este último convenció a Mankiewicz para tener un mayor protagonismo, algo que se nota claramente en el montaje final. Pero al margen de lo que haya sucedido durante el rodaje, Mankiewicz logra equilibrar el peso de las actuaciones del reparto y, además, ilustra con cierta autenticidad la tragedia shakespeariana, valiéndose de herramientas estéticas que prestan atención al detalle histórico a través del diseño de vestuario, los escenarios pomposos de arquitectura romana, el gran plano general, el primer plano, la iluminación artificial, los efectos de sobreimpresión, el sonido diegético y las modalidades del encuadre móvil que se distribuyen a veces con una cámara en movimiento. Su pericia se debilita en el tercer acto con una secuencia de batalla algo blandengue entre los extras, pero su puesta en escena mantiene un ritmo consistente al representar de una manera auténtica la obra teatral de Shakespeare, sin perder de vista en ningún momento el rastro emotivo que encierra su intriga política sobre la antigua Roma y las consecuencias de los regímenes autoritarios.
 
Ficha técnica
Título original: Julius Caesar
Año: 1953
Duración: 2 hr. 01 min.
País: Estados Unidos
Director: Joseph L. Mankiewicz
Guion: Joseph L. Mankiewicz
Música: Miklós Rózsa
Fotografía: Joseph Ruttenberg
Reparto: Marlon Brando, Louis Calhern, Deborah Kerr, James Mason, Greer Garson, John Gielgud
Calificación: 7/10


Crítica breve de la película Julio César, dirigida por Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por Marlon Brando y James Mason. 

0 comments:

Publicar un comentario