En Marlina, la asesina en cuatro actos, la directora indonesia Mouly Surya intenta combinar, a modo tarantinesco, los elementos habituales del western, el drama y el suspenso con la finalidad de presentar una historia inspirada en unos hechos reales. De entrada, reúne las condiciones idóneas para entregar algo diferente, porque, a decir verdad, Surya ofrece aquí un thriller de venganza que, con estética de neowestern y una solvente actuación de Marsha Timothy, interroga en clave feminista un retrato sobrio sobre emancipación, justicia y resiliencia femenina frente a la opresión patriarcal, sin perder de vista un extraño tono hipnótico que me recuerda, en más de una ocasión, sus destrezas visuales. Su argumento se ambienta en una zona rural en la isla Sumba en Indonesia y sigue, en cuatro capítulos, la odisea de Marlina, una viuda que se enfrenta a la brutalidad de un grupo de siete hombres que irrumpen en su hogar con intenciones de robar el ganado de su difunto esposo, poco antes de envenenar a cuatro de ellos con una sopa de pollo y decapitar con un machete al jefe de la banda que la viola. En términos generales, la narrativa me parece atrapante porque, entre otras cosas, se estructura en cuatro actos —“El robo”, “El viaje”, “La confesión” y “El nacimiento”— que añaden varias dimensiones al cuento de venganza de la antiheroína, atravesando lugares que se vuelven imprevisibles al mezclar los géneros con cierta sutileza. En este sentido, sigo con atención la partida de Marlina cuando escapa con la cabeza cercenada del anciano violador para reportar el crimen a la policía; la travesía de Marlina en un autobús local que comparte con una amiga embarazada que huye de un esposo celoso mientras es perseguida por los dos ladrones restantes; la huida de Marlina a caballo por las llanuras hasta llegar a un pueblito para confesar el crimen de asesinato en defensa propia frente a los policías que juegan tenis de mesa; el regreso a casa de Marlina para ayudar a su amiga durante el parto después de la decapitación del último ladrón. Cada segmento aporta una capa adicional al desarrollo de Marlina, que ajusta su motivación desde la reacción inicial frente al abuso hasta su búsqueda de justicia en un sistema corrupto que es indiferente a su sufrimiento; en una serie de situaciones impredecibles que avanzan a ritmo pausado entre silencios, ironías, acciones violentas y diálogos escuetos. Este enfoque episódico me mantiene inmerso en la evolución trágica de la protagonista, pero, además, me invita a reflexionar porque dialoga con temas sobre la injusticia, la violencia sistémica y la condición social de la mujer; entendida como la determinación silenciosa de una mujer que, como víctima de una sociedad discriminatoria, lucha por su propia autonomía frente a un aparato patriarcal arreglado por machistas que cosifican a las mujeres por tradiciones ancestrales. Nada de esto se sintiera orgánico, supongo, sin la interpretación de Timothy como Marlina. Su registro expresivo capta, con la mirada y los gestos mínimos de su rostro, la vulnerabilidad y la fortaleza de una mujer que navega en un mundo corrompido que constantemente la subestima. Lo más interesante, además, radica en las propiedades formales que Surya adopta para ampliar la psicología de Marlina a través de la iluminación natural, el sonido diegético, el fuera de campo, los colores terrosos con tonos cálidos, el primer plano, el plano simbólico, los escenarios costumbristas y, ante todo, el uso consistente del gran plano general para sintetizar la soledad y el aislamiento del personaje con un amplio control compositivo del encuadre, en medio de los paisajes desolados que captura la fotografía de Yunus Pasolang. La banda sonora de Zeke Khaseli, de igual modo, se integra adecuadamente con sus melodías de guitarras y armónicas. Todo está densamente ajustado en su poética costumbrista. Se trata, sin duda alguna, de una buena película indonesia; una que, en última instancia, habla del poder de las mujeres para reescribir sus propias historias.
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Ficha técnica
Año: 2017
Duración: 1 hr 33 min
País: Indonesia
Director: Mouly Surya
Guion: Rama Adi, Garin Nugroho, Mouly Surya
Música: Zeke Khaseli
Fotografía: Yunus Pasolang
Reparto: Marsha Timothy, Yoga Pratama, Egy Fedly, Dea Panendra, Haydar Salishz
Calificación: 7/10
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