En
Mátate, amor,
Lynne Ramsay
recupera su poética de la feminidad con el objetivo, supongo, de dialogar sobre
la condición de la mujer dentro de la institución matrimonial. A diferencia de
películas como
El viaje de Morvern
y
Tenemos que hablar de Kevin, algo me dice que, en esta ocasión, está faltando un componente clave para
elevar su pulso dramático porque, francamente, no tiene la fuerza de sus otros
trabajos. En lo particular, Ramsay ofrece aquí un drama que cuenta con una
actuación competente de
Jennifer Lawrence, pero a menudo el retrato psicológico sobre maternidad y depresión es incapaz
de salir de la inercia que conduce sin freno a la inanidad. La trama sigue la
existencia de Grace y Jackson, una pareja que se muda a la casa abandonada de
una zona rural de Montana para buscar una vida tranquila, donde suelen cuidar a
su hijo recién nacido y tienen discusiones que, por desgracia, despiertan sobre
Grace sentimientos de aislamiento y angustia que amenazan con llevarla a la
locura. En términos generales, la narrativa tiene algunas escenas que, en
principio, me invitan a reflexionar sobre los problemas internos de Grace dentro
de los marcos habituales del drama psicológico. Sin embargo, el guión, que
adapta la novela homónima de
Ariana Harwicz, pierde su eficacia narrativa porque reduce las acciones de los personajes a
una circularidad de situaciones que nunca escapa de las escenas de sufrimiento
intrínseco y crisis de pareja. Como consecuencia de esto, siento que hay algo
rutinario que estira el conflicto que surge con el descenso al abismo de Grace
como una mujer atrapada en el dilema ético de la responsabilidad maternal y la
falta de afecto del marido; el adulterio de Grace con un misterioso motociclista
que la acecha desde el bosque oscuro; la presencia de Jackson como el hombre
trabajador que se distancia de Grace por el desapego y el egoísmo; la crisis
matrimonial que obliga a Grace y a Jackson a tratarse mutuamente como perros y
gatos. El deterioro de la salud mental de la protagonista es empleado como una
excusa que, en su síntesis discursiva, trata de interrogar las relaciones de
pareja y los dilemas ético-morales de la maternidad, pero desde la óptica de una
mujer vulnerable que lentamente desciende a la insania por negarse a aceptar que
su marido ya no la desea como antes y la mantiene en la vieja trampa de la
codependencia, donde su identidad es reducida al rol de la ama de casa que debe
cuidar a su bebé como madre sumisa y, por defecto, tiene que renunciar a la
posibilidad emancipación que supone el sueño de escribir una gran novela
americana, a causa de la culpa que siente por haberse casado con un perdedor que
le prometió cosas que se perdieron en el fuego y ahora la recibe con desafecto (fruto de la infidelidad y la insatisfacción sexual). Al margen de este discurso
feminista, la interpretación de Lawrence, por lo menos, entrega momentos de
autenticidad cuando emplea su mirada y los gestos histriónicos para interpretar
a una mujer al borde del colapso que arrastra traumas y lapsos depresivos
postparto que justifican su comportamiento errático ante la infelicidad.
Robert Pattinson, por su parte, también muestra una actuación creíble como el hombre inseguro y
egoísta que se sacrifica para sostener el matrimonio. Con ellos, Ramsay adopta
una estética depurada que, dicho sea de paso, subraya la crisis de la pareja a
través de la analepsis,
el sonido diegético,
el plano subjetivo,
el fuera de campo,
el sobreencuadre,
el primer plano,
la iluminación natural
y, ante todo, las atmósferas de entornos rurales que evoca la cámara de
Seamus McGarvey, poco antes de capturar los interiores asfixiantes y claustrofóbicos de la
vivienda. La banda sonora, de igual modo, se incorpora con consistencia en
algunas escenas de
música anempática. Todo lo demás, en sus pretensiones simbólicas, permanece en una zona regular,
como un trabajo menor de la directora de
Nunca estarás a salvo.
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Ficha técnica
Título original: Die My Love
Año: 2025
Duración: 1 hr. 59 min.
País: Estados Unidos
Director: Lynne Ramsay
Guion: Lynne Ramsay, Enda Walsh, Alice Birch
Música: Raife
Burchell, Lynne Ramsay, George Vjestica
Fotografía: Seamus
McGarvey
Reparto: Jennifer Lawrence, Robert
Pattinson,
Lakeith Stanfield,
Sissy Spacek,
Nick NolteCalificación: 6/10
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