El contador 2 es una película Gavin O'Connor vuelve a recurrir a los servicios de Ben Affleck para narrar las misiones del espía con autismo creado por Bill Dubuque que, de igual forma, el protagonista de la primera entrega que vi ya hace nueve años y de la que puedo afirmar, con toda seguridad, que fue una de las peores películas que pude ver en la década anterior. Al margen de la presunta recepción que ha tenido en su primera semana, lo que veo en ella en dos largas horas me induce a pensar que estoy en el lado opuesto del espectro porque, francamente, me parece un thriller de acción que carece de cualquier rastro de tensión con su trama inconexa sobre los costados oscuros de la inmigración y la trata de personas, donde ni siquiera la química palpable del dúo protagónico es suficiente para sacarlo todo del epicentro fatigoso de conflictos predecibles. Tras un preámbulo en el que una asesina misteriosa escapa a un tiroteo ocurrido en una negociación fallida, la trama sigue al especialista Christian Wolff en los días en que es contratado por una agente gubernamental para localizar a una familia salvadoreña raptada por una peligrosa organización terrorista en la frontera. En general, la narrativa estructura el barullo con las fórmulas básicas del thriller de espionaje, donde el espía, ahora personificado por un agente autista que es hábil para contar cosas, investiga el caso por su cuenta utilizando sus habilidades y la ayuda del hermano rebelde que se dedica al mismo negocio turbio. El problema que encuentro, no obstante, es que los personajes permanecen situados en una zona de descripciones triviales que solo funciona como catalizador para impulsar sus motivaciones más obvias y, a menudo, sus acciones se reducen a las ecuaciones de los estereotipos que frecuentan los lugares comunes del thriller con el único propósito de estirar el metraje más allá de lo necesario. Además, la falta de cohesión interna le pasa factura al mezclar varias situaciones de una manera apresurada para contestar a las normativas de los personajes inclusivos que suelen servir de accesorios cosméticos en el cine progresista de Hollywood de la actualidad. De esta forma, permanezco completamente anestesiado por la ausencia de pulso que se evidencia sobre los facilismos del agente con autismo que resuelve el caso de los desaparecidos a base de inteligencia, pericia física y el apoyo de un grupo de niños autistas de la agencia para hackear diferentes tecnologías; la intervención de la subdirectora afroamericana que solo rellena algunas escenas con su ética policial; el carisma del hermano menor que es asesino profesional y llega para aportar algo de alivio cómico con su impulsividad calculada; la asesina silenciosa que mata a todos los hombres que se cruzan en su camino de venganza y empoderamiento femenino; los clichés de los villanos que ahora ocupan la posición de coyotes que se dedican a transportar inmigrantes de forma ilegal a través de la frontera. El ritmo se pierde con cada escena. Los diálogos tienden a volverse redundantes. Y las secuencias de acción no tienen ningún tipo de gancho cuando se montan sobre tiroteos, persecuciones y peleas cuerpo a cuerpo que suceden justo a la hora pautada por el guionista. A pesar de todo hay algo de química entre Affleck y Bernthal cuando dialogan en algunas escenas para rememorar las experiencias del pasado, alcanzando su punto máximo en la climática secuencia en la que se combinan con metralleta en mano para matar a los sicarios fronterizos que disparan de todas partes y rescatar a los niños perdidos que son víctimas de trata en un campo de prisioneros en Juárez. Nada de esto evita, desafortunadamente, que sea una secuela enrevesada y aburrida a perpetuidad.
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Título original: The Accountant 2
Duración: 2 hr. 12 min.
País: Estados Unidos
Director: Gavin O'Connor
Guion: Bill Dubuque
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Ben Affleck, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson, Daniella Pineda, J.K. Simmons
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