Días de trueno es una película de Tony Scott que intenta replicar, bajo el modelo de producción de Don Simpson y Jerry Bruckheimer, la fórmula de acción previamente empleada en Top Gun (Scott, 1986) con la finalidad, supongo, de explorar ahora las dinámicas que surgen en el deporte de carreras NASCAR. Por desgracia, la hora y cuarenta minutos que paso viendo sus escenas me inducen a pensar lo suficiente como para poner en duda, en más de una ocasión, el aparatoso guión de Robert Towne. Como drama deportivo de acción suele frecuentar unas secuencias de carreras que, en general, carecen de octanaje y se desgastan como un neumático en la pista, donde ni siquiera Tom Cruise puede evitar que choque en los mismos lugares. En la trama Cruise interpreta a Cole Trickle, un piloto arrogante y temerario que llega al mundo de las carreras NASCAR para rellenar su escasa experiencia con el talento en bruto que tiene para conducir automóviles; mientras conduce a altas velocidades el bólido para adaptarse a la agresiva competencia frente a los rivales más experimentados y, dicho sea de paso, se comunica desde la pista con el mentor que diseña los autos, en un intento de ganar las carreras con el equipo que tiene mala racha con los patrocinadores. En términos generales, la narrativa opta por seguir las fórmulas básicas del drama de acción deportiva para intentar construir un arco de redención y crecimiento personal sobre la historia del piloto egocéntrico que descubre una mejor versión de sí mismo al conducir su automóvil en la zona de las carreras peligrosas antes de quedarse con la chica. El problema, sin embargo, es que la estructura se construye sobre un mosaico de clichés reciclados de otras películas deportivas sobre automovilismo y, por lo regular, los personajes que muestra son unos estereotipos superficiales que, a menudo, transitan por las mismas situaciones repetitivas que impulsan la trama, como si no tuvieran una motivación clara lejos de los facilismos con los que suelen superar los obstáculos dentro y fuera de la pista de carrera. En este sentido, simplemente permanezco aburrido observando las hazañas de Cole mientras maneja su auto después de la parada en boxes para rebasar al rival sucio; los días de entrenamientos de Cole en la pista donde recibe los consejos del veterano; los numerosos choques y averías de carros en medio de las carreras; la estadía en el hospital en la que Cole tiene una relación romántica con una doctora. Al margen de unas cuantas escenas de diálogos expositivos, tengo la sensación de que no conozco bien a estos personajes, y cada giro es previsible: desde las rivalidades en la pista hasta los accidentes. Cruise, de igual modo, aporta su carisma y energía juvenil a su interpretación, además de su demostrar su pericia física para asumir el riesgo de conducir un automóvil a toda velocidad; pero, desafortunadamente, lo que hace aquí luce genérico y no logra sacar a su personaje del arquetipo del joven egoísta y ambicioso obsesionado con conquistar la gloria, como si estuviera repitiendo su papel de Top Gun pero con un casco de carreras en lugar de uno de piloto de combate. La química que él tiene con Nicole Kidman haciendo de interés romántico se siente forzada, y sospecho que sus escenas románticas parecen un requisito contractual. Robert Duvall, por su parte, hace lo que puede como el "entrenador sabio". Scott los encuadra a todos en un puñado de escenas que, con su frenético estilo visual, capta con cierta autenticidad la adrenalina de las carreras NASCAR y los autos chocones que corren en los circuitos antes de cruzar la meta, bajo una banda sonora de Hans Zimmer con leitmotiv de Whitesnake. Sin embargo, opta por un enfoque sobrecargado al que le falta ritmo, cohesión interna y algo de impacto. Su película se queda en la superficie con el tanque vacío y, en resumen, no tiene el combustible necesario para continuar.
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Ficha técnica
Año: 1990
Duración: 1 hr 47 min
País: Estados Unidos
Director: Tony Scott
Guion: Robert Towne
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Ward Russell
Reparto: Tom Cruise, Robert Duvall, Nicole Kidman, Randy Quaid, Cary Elwes, Michael Rooker, John C. Reilly
Calificación: 4/10
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