Del cielo al infierno es una película en la que Spike Lee recupera algunos apuntes de su poética de la negritud con la finalidad, supongo, de intentar que sea como una especie de remake de El cielo y el infierno (Kurosawa, 1963) y, a la vez, una adaptación de la novela King's Ransom de Ed McBain. Marca, además, una nueva colaboración de Lee con Denzel Washington, tras haber colaborado juntos hace 19 años en El plan perfecto (2006). Tiene el potencial para ser algo fuera de serie, pero termina siendo una decepción. A pesar de contar con el talento de Washington, es un thriller policial que es incapaz de subir el volumen y, a menudo, se pierde en una dirección errática que transita entre escenarios urbanos neoyorquinos rebuscados para interrogar los altibajos de los músicos negros y el legado cultural de la música afroamericana. La trama sigue a David King, un magnate musical neoyorquino que, en medio de una estrategia financiera para retener el control de su disquera Stackin' Hits Records, atraviesa un dilema moral cuando recibe la llamada anónima de un secuestrador que exige 17,5 millones de dólares a cambio del regreso sano y salvo de su hijo Trey. En términos generales, la narrativa despierta mi interés, al principio, por la forma en que mezcla el drama con las fórmulas del thriller policial para amplificar el conflicto moral que surge cuando King observa que el hijo de su chófer es secuestrado por error en lugar del suyo. El problema fundamental, no obstante, es que la estructura narrativa se debilita porque, entre otras cosas, el guión se arregla sobre unas bases genéricas que suspende las acciones de los personajes en unas situaciones predecibles que siempre se mantienen entre las conversaciones de King con su esposa y su amigo para lidiar con el secuestro; el intercambio por teléfono entre King y el secuestrador; la investigación policial de unos agentes ineptos que permiten que los eventos sucedan de una manera fácil; las sospechas de King para hallar al delincuente con pistola en mano. La circularidad de situaciones hacen que el barullo, en general, sea bastante aburrido cuando reitera los mismos asuntos. Los personajes pasean por una falta de desarrollo y solo cumplen una función descriptiva, rellenando interacciones forzadas que los reduce a estereotipos, especialmente en las escenas dentro del lujoso apartamento de King donde surgen tensiones raciales. Los diálogos tienen vocación por la obviedad semántica. La interpretación de Washington ofrece, por lo menos, algunas escenas para lucir su carisma al asumir el papel de un hombre avaro que enfrenta un dilema ético por dinero, alcanzando su punto en la escena en la que rapea frente a A$AP Rocky. Por la parte visual, Lee suele encuadrarlos en una puesta en escena que goza de su estilo distintivo al incorporar mecanismos estéticos que sintetizan las motivaciones de los personajes a través del primer plano, el sobreencuadre, la elipsis, el encuadre móvil, los decorados elegantes, la ruptura de la cuarta pared, las simetrías compositivas, el plano-contraplano y, además, las atmósferas urbanas que capturan el panorama de la ciudad de Nueva York con una mezcolanza de formatos visuales en cada escenario emblemático ―el Metro, el Yankee Stadium, Borough Hall de Brooklyn, el Desfile del Día de Puerto Rico―, fruto de una correcta fotografía de Matthew Libatique. La banda sonora de Howard Drossin, de igual modo, incorpora una partitura ecléctica que rinde un homenaje multicultural a la música latina y afroamericana con referencias a Eddie Palmieri y James Brown. Estos elementos, por añadidura, tapizan las florituras estéticas que le conceden cierto atractivo en la superficie, pero, desafortunadamente, no justifican su existencia como remake. Esta versión, más bien, carece de la densidad moral y la precisión narrativa que hicieron del original un clásico, un producto irregular que, en definitiva, me parece un ejercicio inane que no entretiene ni provoca cuando señala los altibajos de los artistas afroamericanos, en la época donde la atención es la principal divisa.
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Ficha técnica
Año: 2025
Duración: 2 hr. 13 min.
País: Estados Unidos
Director: Spike Lee
Guion: Alan Fox
Música: Howard Drossin, ASAP Rocky
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Denzel Washington, Jeffrey Wright, Ilfenesh Hadera, ASAP Rocky, Dean Winters, Michael Potts
Calificación: 5/10


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