
El espíritu de la colmena es una película española que, dentro de sus limitaciones, supone la ópera prima de Víctor Erice, estrenada en una época en la que los cineastas españoles hacían maniobras estéticas para burlar la censura del régimen franquista. Tras visionarla para saber si es una "obra maestra", como dicen, me encuentro con que es algo pretenciosa en sus inclinaciones rupturistas. Erice intenta tejer aquí un drama de mayoría de edad con atmósferas regionalistas y una actuación decente de la pequeña Ana Torrent, pero, en cierta medida, sus prioridades estéticas debilitan lentamente su alegoría reduccionista sobre el trauma colectivo bajo el franquismo, en una clase de revisionismo histórico sobre las secuelas de la Guerra Civil española. Ambientada en un pueblo castellano en 1940, el argumento sigue a Ana, una niña tímida de seis años cuya inocencia, junto a su hermana Isabel, se ve alterada por la proyección de Frankenstein (Whale, 1931) en un cine local, poco antes de regresar a su casa solariega con sus padres, Fernando y Teresa. En términos generales, la narrativa se estructura sobre las nomenclaturas del género, donde se muestra la travesía de una niña ingenua que pierde la inocencia al jugar en el patio. El problema fundamental, no obstante, es que el guión adolece de una estructura irregular, en la que el desarrollo de personajes es particularmente blando en su epicentro descriptivo y, a menudo, las acciones se reducen a situaciones previsibles que permanecen, entre otras cosas, en una circularidad de rutinas cotidianas que evita interiorizar los cuadros psicológicos más allá de las obviedades. Las interacciones de Ana con su hermana Isabel, o sus padres pasivos, se limitan a miradas y silencios que pretenden ser profundos. Todo luce higienizado. En este sentido, permanezco anestesiado por la ausencia de emotividad que se halla en la agenda de la niña curiosa y vulnerable que camina por las praderas rememorando la experiencia del "monstruo"; las malas intenciones de la hermanita mayor antes de aprovecharse de la ingenuidad de su hermana pequeña en el redil desolado o en la vivienda siniestra; el trabajo del padre como apicultor que cuida las colmenas para olvidar su pasado de intelectual; la infidelidad de la madre que escribe una carta a un amante lejano que se fue a la guerra. Erice utiliza a los personajes como autómatas con la única finalidad, supongo, de interrogar la desintegración familiar y la condición sociopolítica de los españoles en el contexto de la Guerra Civil, pero entendido como la pérdida de la inocencia de una niña que metaforiza la desilusión y los miedos internos de una sociedad que sufre los efectos de una dictadura autoritaria basada en el orden, la tradición y la represión. Esta síntesis discursiva es moralizante porque, dicho sea de paso, se presenta como una metáfora maniquea del franquismo —el bien (los inocentes oprimidos) contra el mal (los opresores falangistas)—, donde el "monstruo" representa el horror de la dictadura y la colmena aislada simboliza la opresión colectiva de las "abejas obreras" ordenadas en resistencia; ignorando las ambigüedades históricas franquistas cuando trata de metaforizar, a través las dos hermanas, el fraccionamiento social entre nacionalistas y republicanos. Esta imagen-signo se repite ad nauseam: las abejas zumbando, la niña buscando al "monstruo" en el campo, el pozo como abismo de lo desconocido. Para conseguir esto, Erice adopta una estética que dota el encuadre de significación a través del primer plano, la elipsis, el plano simbólico, la iluminación natural, el fuera de campo, el sonido diegético, el sobreencuadre y, ante todo, el gran plano general que acentúa la frialdad en los paisajes desolados que contrastan con la calidez interior en la casa de los cristales hexagonales de color miel. Entre toda esta pretensión de ombliguismo estético que roza lo didáctico, desafortunadamente, solo quedan los residuos de un drama anodino y algo regular sobre los traumas de la niñez; uno que funciona como panfleto disfrazado de arte, pero que elude enfrentar ciertas realidades históricas con eclecticismo.
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Ficha técnica
Año: 1973
Duración: 1 hr. 38 min.
País: España
Director: Víctor Erice
Guion: Ángel Fernández Santos, Víctor Erice
Música: Luis de Pablo
Fotografía: Luís Cuadrado
Reparto: Ana Torrent, Fernando Fernán Gómez, Isabel Tellería, Laly Soldevila, Teresa Gimpera
Calificación: 6/10
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