Crítica de la película «Frankenstein de Mary Shelley» (1994)

Frankenstein de Mary Shelley

En Frankenstein de Mary Shelley, el director británico Kenneth Branagh recupera algunos apuntes de su poética de la tragedia con la finalidad, supongo, de adaptar la popular novela gótica de la autora británica que ha quedado inmortalizada en el imaginario colectivo desde 1818. Se dice que es la adaptación cinematográfica más fiel de la obra original, a pesar de incorporar ligeros cambios. Nada de esto, sin embargo, me impide recibirla con cierta tibieza. Como cuento de terror gótico, Branagh procura añadirle atmósferas oscuras y un tono solemne en los decorados que sirven para el lucimiento de un maquillado Robert De Niro, pero a menudo su narrativa ruidosa termina tropezando en su propio exceso de teatralidad y decisiones creativas cuestionables que oscilan entre lo melodramático y lo caricaturesco. La trama, ubicada en algún lugar del Polo Norte en 1794, narra la existencia de Víctor Frankenstein, un hombre que conversa con el capitán de un barco atrapado en el hielo durante una expedición, en donde revela la extraña obsesión por vencer a la muerte que lo condujo a crear una abominación hecha con electricidad y partes del cuerpo humano en los interiores de su laboratorio. En términos generales, la narrativa tiene un arranque trepidante que me atrapa, en principio, por la manera en que se establece el conflicto principal desde una larga escena retrospectiva que muestra cómo el científico loco se obsesiona con revivir a los muertos antes de gritar la famosa frase: "¡Está vivo!". El problema, no obstante, es que el guión intenta abarcar demasiado en una narrativa sobrecargada que no profundiza lo suficiente en las motivaciones de los personajes, optando, más bien, por colocarlos en una serie de situaciones previsibles que nunca escapan del epicentro de acciones circulares y facilismos apresurados para justificar los tópicos sobre la condición humana, la responsabilidad ético-moral y la disparidad de clases sociales. La circularidad de conflictos banales se estira entre la relación sentimental de Víctor y Elizabeth; el trabajo científico de Víctor para crear a un monstruo a partir del cerebro de un doctor y el cuerpo deforme de un asesino ahorcado; la cruzada de venganza de la Criatura por bosques oscuros para ajusticiar a su creador leyendo las indicaciones de su diario. Los diálogos me parecen sacados de los monólogos teatrales de la dramaturgia shakespeariana. Los sobresaltos, que ocurren con la figura monstruosa de la Criatura, solo me producen abulia. La actuación de Branagh simplemente carece de ciertos matices expresivos y, con su registro histriónico, está más preocupado por gritar su tormento que por transmitir la complejidad psicológica de un hombre obsesionado con desafiar a la naturaleza. Helena Bonham Carter se ve reducida a un cliché romántico, culminando en una escena final sacada de una parodia absurda. De Niro, por su parte, consigue sacarle provecho a varias capas de maquillaje prostético sobre su rostro y su cuerpo para interpretar a la Criatura como un antihéroe grotesco que lucha por equilibrar la humanidad y la monstruosidad, aunque el guión no le da el espacio suficiente para brillar porque lo coloca solo como un villano acartonado de terror. A pesar del elenco estelar, Branagh parece estar más interesado en demostrar su destreza como director. El punto más solvente se encuentra en esa estética gótica que se acentúa en los escenarios pomposos y siniestros, el diseño del vestuario, la auténtica reproducción de la época y, ante todo, el uso del encuadre móvil que le confiere cierto dinamismo al ritmo de las escenas, a pesar de que suele abusar del recurso del travelling circular en algunos planos que me resultan mareantes. La banda sonora de Patrick Doyle, de igual modo, trata de evocar el lado histriónico del relato. Ninguno de estos elementos, por desgracia, sacan al filme de ese abismo de inanidad que se deja sentir con una ejecución exagerada y casi operística, que no logra capturar la esencia trágica del texto de Shelley.



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Ficha técnica
Título original: Mary Shelley's Frankenstein
Año: 1994
Duración: 2 hr. 03 min.
País: Estados Unidos
Director: Kenneth Branagh
Guion: Steph Lady, Frank Darabont
Música: Patrick Doyle
Fotografía: Roger Pratt
Reparto: Kenneth Branagh, Robert De Niro, Helena Bonham Carter, Tom Hulce, Aidan Quinn, Ian Holm, John Cleese
Calificación: 5/10

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