Crítica de la película «A pleno sol» (1960)

A pleno sol

A pleno sol es una película de René Clément que funciona libremente como una adaptación de la novela de Patricia Highsmith y que, además, en el momento lanzó al estrellato al joven Alain Delon. Pese a sus intenciones, el visionado de dos largas horas dejan sobre mí una extraña sensación de abulia que me impide ver las virtudes que han encontrado otros. Encuentro que es un thriller en el que Clément adopta una estética mediterránea que añade cierta plenitud por la capa visual, pero, carece de intriga psicológica y, por desgracia, permanece ahogado en sus propias pretensiones hitchcockianas sobre asesinato, identidad y clase social. La trama sigue la existencia de Tom Ripley, un estadounidense enviado a Italia por órdenes de un magnate para convencer al rico playboy Philippe Greenleaf de que regrese a casa en San Francisco, mientras pasa los días en un yate obsesionado con el lujoso estilo de vida del millonario y su novia, poco antes de diseñar un plan meticuloso para matarlo y robarle su identidad. En términos generales, la narrativa de Clément adopta las fórmulas comunes del drama, el crimen y el thriller, en donde el protagonista mata a una persona y se encarga de borrar sus rastros de la evidencia para que la policía no lo descubra. El problema central de todo esto, sin embargo, radica en la ausencia de desarrollo de los personajes y en la incapacidad del guión para profundizar en la complejidad psicológica de Tom Ripley, suspendiendo su radio de acción sobre una superficie acomodaticia que, a menudo, solo se limita a mostrar lo que sucede en situaciones predecibles sobre sospecha y diálogos inanes a plena luz del día que parecen casi el anuncio comercial de un perfume. El ritmo es errático. En este sentido, me agota ver las escenas de un conflicto que se resuelven sobre la base de facilismos que se muestra, en más de una ocasión, en las discusiones superfluas de Philippe, Marge y Tom en el yate poco antes del asesinato; los planes de Ripley para vivir de la riqueza y el lujo adoptando la personalidad del difunto en un pueblo costero de Mongibello; las conversaciones de Ripley para tratar de seducir a la ingenua Marge; los intentos de Ripley para falsificar documentos y ocultar los crímenes sin levantar sospechas mientras la policía investiga la desaparición misteriosa de los reportados. La interpretación de Delon, por lo menos, es algo creíble cuando mimetiza, con la mirada y los gestos, la infamia de un sociópata frívolo, oportunista y manipulador, aunque a veces la ambigüedad moral y la lucha interna de su personaje solo responden a conflictos superficiales en los que casi no se siente la astucia que lo define. Clément utiliza al personaje para sintetizar un texto sobre la dialéctica de las clases sociales en el capitalismo, entendida como la obsesión de un individuo sinuoso que recurre al engaño y a la suplantación de identidad para adoptar desesperadamente los valores que anhela de clase alta. Esto es especialmente cierto porque Ripley lleva una doble vida y comete crímenes bajo el miedo constante de ser descubierto, pero poco a poco su identidad se fragmenta hasta mantenerse en el vacío de las trampas del oportunismo y en el deseo de ascender en la escala social, donde traspasa los límites de la moral con tal de escapar de sus orígenes pobres. Aunque Clément no se preocupa por añadir sustancia al camino autodestructivo de Ripley, por lo menos consigue dimensionar los espacios elegantes de su mundo a través del diseño de vestuario, los escenarios elegantes y las atmósferas mediterráneas que evocan el calor del verano soleado. La música de Nino Rota, de igual modo, también se deja escuchar con un leitmotiv melodioso. Lo otro, dicho sea de paso, se convierte en un telón de fondo vacío. Es, en pocas palabras, un thriller que no logra mantener un tono consistente y ni siquiera está a la altura de El talentoso Sr. Ripley (Minghella, 1999).



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Ficha técnica
Título original: Purple Noon (Plein soleil)
Año: 1960
Duración: 1 hr. 58 min
País: Francia
Director: René Clément
Guion: René Clément, Paul Gégauff
Música: Nino Rota
Fotografía: Henri Decaë
Reparto: Alain Delon, Marie Laforêt, Maurice Ronet, Billy Kearns, Elvire Popesco, Erno Crisa
Calificación: 5/10

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