Tron es una película de Steven Lisberger que tiene la distinción de ser una de las primeras películas de Hollywood en utilizar imágenes generadas por ordenador —CGI— para crear la historia de un mundo completamente digitalizado. La hora y media que dura me invita a reflexionar los suficiente como para saber que su premisa es algo original, si se toma en cuenta el contexto de la popularidad de los videojuegos y las tendencias del cine de ciencia-ficción de principios de los 80. A pesar de sus innovadores efectos especiales, tengo la sensación de que es una cinta aburrida de ciencia-ficción, que termina en la papelera de reciclaje con su narrativa de personajes planos y trama previsible, donde todo ocurre de una manera apresurada que la convierte, más bien, en un extraño experimento inacabado en su fase de beta. Luego de un prólogo en el que se presenta el mundo de los programas como una realidad alternativa, la trama sigue las desventuras de Kevin Flynn, un ingeniero de software y desarrollador de videojuegos que, poco después de infiltrarse en la compañía que lo despidió junto a unos colegas, es transportado al ciberespacio por una computadora central, donde interactúa con programas informáticos sintientes que se asemejan a los "Usuarios" (programadores) que los crearon y, a la vez, emplea sus habilidades para escapar de un régimen totalitario que es controlado por un megalómano. En términos generales, su narrativa se programa sobre la base de las fórmulas básicas del cine de aventura y ciencia-ficción de carácter spielbergiano, donde un hombre ordinario descubre cosas extraordinarias de la noche a la mañana, en este caso un programador que accede al ciberespacio adoptando la forma de un avatar virtual. El problema fundamental, no obstante, es que la narrativa carece de profundidad porque, entre otras cosas, desarrolla el conflicto sobre una serie de situaciones predecibles que se resuelven desafiando la lógica más torpe de los clichés, con un repertorio de personajes acartonados a los que le falta una cuota decente de desarrollo y que solo funcionan como unos autómatas para ocupar el espacio de las descripciones más banales del guión. Cuando esto sucede siento una fatiga que se prolonga al ver la misión de Flynn para intentar sabotear el Programa de Control Maestro (MCP) que impone su dominio en ENCOM como un virus informático al eliminar a otros programas para aumentar sus capacidades; la ayuda que recibe Flynn de Yori, un programa de información, y de Tron, un programa que sirve como una medida de seguridad autónoma diseñada para proteger el sistema; las persecuciones de Flynn en los juegos mortíferos de motocicletas lumínicas en los espacios tridimensionales; la autoridad del villano estereotipado que sigue las órdenes de su líder desde la nave de mando. La estructura narrativa, en su barullo, salta entre realidades alternativas sin ni siquiera detenerse a interrogar las motivaciones de los personajes o a explicar las reglas del universo virtualizado que condiciona sus acciones con los diálogos expositivos. En este sentido, los personajes constituyen el punto más débil de todo. Flynn, interpretado por Jeff Bridges aporta su carisma, aunque se ve limitado por un material que lo reduce al héroe audaz que resuelve todos los problemas con facilismos. Los personajes secundarios que interpretan Bruce Boxleitner y Cindy Morgan son meros arquetipos sin desarrollo, sirviendo como figuras decorativas. Lo único que rescato, dicho sea de paso, es la estética visual que Lisberger se encarga de dimensionar sobre cada escena a través de los efectos especiales que combinan la animación retroiluminada con la animación en CGI y la acción en vivo. Estos efectos visuales, pioneros para su época, crean una atmósfera cyberpunk de neón que es consistente y que, en efecto, alcanza su mayor grado en las secuencias de las carreras de motos de luz. Todo lo demás, incluyendo su ritmo errático, me parece un videojuego estirado a película, donde los píxeles son más interesantes que los personajes y el guión es un error 404.
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Ficha técnica
Año: 1982
Duración: 1 hr. 36 min
País: Estados Unidos
Director: Steven Lisberger
Guion: Steven Lisberger
Música: Wendy Carlos
Fotografía: Bruce Logan
Reparto: Jeff Bridges, Bruce Boxleitner, David Warner, Cindy Morgan
Calificación: 4/10
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