El gabinete de las figuras de cera es una película muda antológica de
Paul Leni con Leo Birinsky que sigue el rastro del cine expresionista alemán,
originalmente planeada como un largometraje ómnibus de cuatro partes que, por
desgracia, no se rodó por carencia de fondos. Se cuenta que después del estreno,
Carl Laemmle, el fundador de Universal Pictures, quedó impresionado por sus
imágenes, hasta el punto de invitar a Leni al cine de Hollywood. Y esto se nota
claramente en la ambición estética que Leni y Birinsky depositan sobre los
escenarios exóticos y fantasmagóricos de la puesta en escena, pero, en general,
la antología muda de tres historias de terror se siente desarticulada y carece
de gancho, a un ritmo atropellado que la convierte en una experiencia aburrida.
La trama gira en torno a un poeta contratado para escribir historias sobre tres
figuras de cera en un museo —Harún al-Rashid, Iván el Terrible y Jack el
Destripador—, mientras permanece al lado de su musa para imaginarse estando
junto a ella en medio de peripecias cotidianas. En términos generales, la
narrativa divide los tres segmentos en una estructura episódica que adopta por
montaje el recurso de la analepsis para reimaginar lo que escribe el poeta
cuando se coloca dentro del relato como personaje secundario. El problema
fundamental, sin embargo, es que parece más una colección de cortometrajes
inconexos que una obra unificada porque, francamente, el guión adolece de una
falta de desarrollo de personajes que se manifiesta, entre otras cosas, sobre
las motivaciones superfluas que solo funcionan como mecanismos de acción para
impulsar el conflicto en cada episodio, en una serie de situaciones predecibles
que arrancan desde la circularidad de ironía. Esta circularidad de ironía trata
de explorar el lado macabro y psicológico de asuntos humanos como el miedo, la
codicia y los celos de las figuras de autoridad, pero pierde sustancia al
mostrar entre facilismos la lascivia de Harún al-Rashid para poseer en secreto a
la esposa de un panadero luego de perder una partida de ajedrez con los
súbditos; la perversidad del maquiavélico zar ruso Iván el Terrible cuando
ordena envenenar al envenenador real durante una festividad, poco antes de
sufrir en carne propia los efectos del envenenamiento y enloquecer mirando el
reloj de arena de sus horas contadas; la pesadilla del poeta y su musa al ser
perseguidos por Jack el Destripador en los oscuros y retorcidos pasillos del
museo. Los tres relatos avanzan a un ritmo errático, en el que todo ocurre de
una manera apresurada que mantiene a los personajes suspendidos en un epicentro
de redundancia. A pesar de que se sabe poca cosa de estos personajes más allá de
las apariencias externas, por los menos encuentro creíble la actuación de
Jannings cuando interpreta, con maquillaje y gestos histriónicos, el papel del
califa barrigón de
Las mil y una noches que se vuelve siniestro con la mirada y
el bigote. Conrad Veidt también suministra algo de credibilidad en las escenas
en que utiliza su registro expresivo para expresar, con el rostro estoico y los
ojos grandes, la megalomanía del zar condenado a la muerte por el destino.
William Dieterle, en cambio, luce algo desaprovechado como el poeta anodino que
escribe versos para agradar a su enamorada. Entre todas estas limitaciones, Leni
encuentra espacio para dotar el encuadre de una estética ajustada que, dicho sea
de paso, se acerca estilo expresionista a través del primer plano, los decorados
estrambóticos, el sonido inaudible con intertítulos, el uso de la sobreimpresión
para producir efectos especiales y, ante todo, los modos de iluminación
contrastados entre luces y sombras. La dirección de arte está consciente de su
artificio teatralizado, pero funciona adecuadamente para comunicar con
autenticidad las atmósferas opresivas de horror. A pesar de estos elementos, la
película no alcanza la sofisticación de otras obras de la época y termina
siendo, en última instancia, un capítulo bastante irregular en el contexto del
cine mudo y el expresionismo alemán.
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Ficha técnica
Título original: Waxworks (Das Wachsfigurenkabinett)
Año: 1924
Duración: 1 hr. 47 min.
País: Alemania
Director: Paul Leni, Leo Birinsky
Guion: Henrik Galeen
Música: N/A
Fotografía: Helmar Lerski
Reparto: Emil
Jannings, Conrad Veidt, Werner Krauss, William Dieterle, Olga
Belajeff
Calificación: 5/10
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