En Christy, el realizador australiano David Michôd relata, dicho sea de paso, la biografía de Christy Martin, la emblemática boxeadora profesional estadounidense de boxeo femenino que brilló como pionera en la década de los 90. Para contar esto, la película goza de una actuación de peso de Sydney Sweeney en el papel de la legendaria boxeadora y algunos instantes dramáticos que interrogan la violencia doméstica, pero, en general, me da la sensación de que nunca escapa los rounds convencionales del biopic deportivo. La trama, ubicada en Virginia Occidental, sigue la vida de Christy Salters como una boxeadora ambiciosa que, tras establecer un matrimonio por conveniencia con el entrenador James Martin, empieza una carrera ascendente en el boxeo femenino ganando notoriedad en un sinnúmero de combates sangrientos y, además, practicando duramente en el gimnasio para alcanzar los resultados deseados con sus puñetazos, siendo conocida como "La Hija del Minero", luego de ser firmada por Don King. En general, la narrativa tiene ligeros momentos que me atrapan, en principio, por la manera en que el asunto se presenta sobre la fórmula del drama y el biopic deportivo, mostrando los aspectos relevantes de Christy que se reparten dentro y fuera del cuadrilátero. En este sentido, consigo retener el interés al observar el inicio de Christy como boxeadora que esconde su sexualidad lésbica frente a sus padres conservadores; el enfrentamiento de Christy contra Deirdre Gogarty frente a las cámaras del Showtime; la precariedad económica de Christy y Jim; las discusiones conyugales originadas de los celos de Jim por la orientación sexual de Christy con una amiga llamada Rosie. El problema, no obstante, es que el guión mantiene las acciones del personaje en un abanico de situaciones predecibles que, a menudo, frecuenta los lugares comunes del género al contar el ascenso y caída de la boxeadora de shorts rosados, donde todo ocurre en el orden esperado, sin giros ni riesgos al seguir la receta habitual del biopic deportivo de boxeo: juventud humilde, mentor complicado, ascenso meteórico, caída por vicios ajenos, redención final. No hay espacio para la ambigüedad de Christy porque Michôd opta, más bien, por aprovechar su historia para colgar un discurso sobre los prejuicios sociales y la violencia contra la mujer, pero entendido como la resistencia de una boxeadora dura que se sacrifica al estar con un hombre violento con el fin de conquistar el sueño americano. El tema de la violencia doméstica se trata con crudeza, pero sin matices. Las palizas son gráficas, sí, pero el guión no se pregunta cómo una campeona mundial es manipulada durante años al tomar resoluciones apresuradas sobre el conflicto de la víctima. Además, el prejuicio contra su lesbianismo queda en diálogos rebuscados y miradas de reproche que nunca profundiza en el coste emocional de vivir en el armario por fama. La actuación de Sweeney, entre sudor y sangre, al menos consigue elevar su potencial como actriz cuando interpreta, con sus gestos y la transformación física, a una mujer dura y resiliente que, fuera de los nocauts y las cuerdas, transmite la lucha interna que oculta su orientación sexual para no perder contratos, en un rol de músculos y feminidad. Ben Foster, por su parte, ofrece una actuación creíble como el esposo machista, oportunista, que, como drogadicto, se convierte en un monstruo posesivo que engaña y maltrata a su esposa. Con ellos, Michôd recrea con ritmo irregular la biografía de Christy, en una puesta en escena que es correcta al reproducir varias décadas con el vestuario, el maquillaje y los escenarios, además de evocar adecuadamente la atmósfera de las peleas de boxeo en un par de secuencias fotografiadas por Germain McMicking. La banda sonora de Antony Partos, de igual modo, es incorporada en unas cuantas escenas para transmitir estados de ánimo. Estos elementos, entre otras cosas, aportan algo de autenticidad en la superficie, pero no son suficientes para impulsar el tono de un drama deportivo que, por desgracia, se siente como un combate amañado en el ring.
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Ficha técnica
Año: 2025
Duración: 2 hr. 15 min.
País: Estados Unidos
Director: David Michôd
Guion: Mirrah Foulkes, David Michôd
Música: Antony Partos
Fotografía: Germain McMicking
Reparto: Sydney Sweeney, Ben Foster, Merritt Wever, Katy O'Brian, Ethan Embry, Jess Gabor
Calificación: 6/10














